
Ejea de los Caballeros
Un territorio en el que creer y crear, situado al noroeste de la provincia de Zaragoza, donde todo lo que importa está a su alcance, en un entorno sostenible. Y además, disfrutar de bellos paisajes naturales, visitar espacios singulares o conocer un valioso patrimonio artístico. Descubrir una sociedad moderna, libre, viva, abierta y diversa. Una sociedad preparada para recibir los retos del futuro. Una de las principales ciudades de Aragón.
Un lugar con calidad de vida
Según un estudio de 2011 de la Universidad de Oviedo sobre la calidad de vida en los municipios españoles, en Ejea de los Caballeros el bienestar general de las personas es muy alto.
La muestra se ha realizado en 643 municipios de España de más de 10.000 habitantes y las dimensiones de calidad de vida del informe son: salud, educación, actividades personales (ocio, transporte), vivienda, participación política, relaciones sociales, condiciones medioambientales e inseguridad personal y económica.
Ejea de los Caballeros es el municipio 29º de España en calidad de vida y el 1º en actividad y equipamiento sociocultural.
En resumen, los aspectos positivos que posicionan a Ejea de los Caballeros como un municipio con altos indicadores de calidad de vida son:
- Condición socioeconómica media.
- Cuota de mercado comercial.
- Instalaciones culturales y deportivas.
- Centros sanitarios.
- Centros educativos.
- Centros sociales.
- Nivel medio de educación.
- Estudios no obligatorios.
- Graduados universitarios.
- Superficie útil media.
- Condiciones de las viviendas.
Una historia apasionante
Sekia, Segia, Egessa, Siya, Exea y, por fin, Ejea, Ejea de los Caballeros: estos son algunos de los nombres que le han dado los hombres a lo largo de la Historia.
Hace muchos años, antes del nacimiento de Jesucristo, hace unos 10.000 años. Es en ese momento histórico donde los arqueólogos han encontrado en Ejea indicios de épocas tan pretéritas como la Edad del Bronce, el Calcolítico o, incluso, el Neolítico.
Pero será más adelante cuando la presencia del Hombre se haga efectiva en las llanas tierras de Ejea de los Caballeros. Entre los años 800 y 184 a.C., su territorio fue testigo del paso de diferentes pueblos y tribus. Vascones, cerretanos, iacetanos, largentes, sedetanos y suessetanos. De todos ellos, los suessetanos se asentaron y crearon lo que hoy conocemos como término municipal de Ejea.

Después los romanos en el año 184 a.C. y tras ellos, más tarde, los hispanorromanos, visigodos y musulmanes. Estos llegaron hasta los límites ejeanos en el año 714. Sin embargo, el interés que los cristianos mostraron por Ejea fue temprano y tras varios intentos, en el año 1105 los seguidores del Islam no pudieron soportar el empuje de Alfonso I el Batallador y la conquistaron de forma definitiva: de Siya musulmana paso a ser la Exea cristiana.
Asimismo, la Baja Edad Media recoge momentos claves para Ejea y para los ejeanos como el apoyo a los Unionistas en su disputa con el rey Pedro IV de Aragón y la incorporación definitiva a la Corona de Aragón, además del derecho de infanzonía concedido por Alfonso V.
Durante los siglos XVI al XVII vivió Ejea de los Caballeros un periodo de esplendor socioeconómico, de auge artístico y de afianzamiento político. Llegó a ser uno de los núcleos de población más importantes de Aragón. La bonanza económica y el crecimiento de población produjeron el desarrollo de nuevos espacios urbanos.
Sin embargo, el XVIII fue un siglo muy duro para Ejea de los Caballeros. Comenzó con uno de los golpes más duros que la historia proporcionó a Ejea de los Caballeros, la Guerra de Sucesión. Ante los dos candidatos a ocupar el trono de España dejado por Carlos II, el Hechizado, Ejea se decantó por el Archiduque Carlos de Austria. La Guerra de Sucesión, que dilucidó esta disputa, dio como ganador a Felipe de Anjou, el futuro Felipe V, con lo que la dinastía de Borbón ocupó la Corona Española.
Buena parte del siglo XVIII fue ocupada por los ejeanos en recuperarse de las nefastas consecuencias políticas, económicas y sociales que la Guerra de Sucesión produjo. Pero cuando ya la situación parecía estabilizarse, un nuevo incidente vino a quebrar esta senda de recuperación. Se trató de una epidemia endémica que de 1771 a 1773 asoló a Ejea, provocando 335 muertos, de ellos 185 niños. De nuevo los ejeanos se encontraban ante la adversidad y, de nuevo la afrontaron con resolución y espíritu cívico. La epidemia dio origen a una tradición que todavía hoy se mantiene, instaurada como festividad local: la fiesta de El Voto.
Será a mediados del siglo XIX cuando la economía de Ejea empezará a cambiar y a notar los primeros signos de transformación mediante un proceso lento pero constante de roturación de tierras para la explotación cerealística, sobre todo de montes comunales, y de la introducción de nuevas técnicas e innovaciones agrarias, y de la extensión de un progresivo proceso de mecanización agrícola. Lenta pero constantemente, Ejea iba discurriendo por el camino de la modernización agraria. De la preponderancia ganadera se fue pasando a un mayor peso de la agricultura.
En el primer tercio del siglo XX, incentivado por la desamortización de dehesas de propios y la puesta en activo de los montes comunales, sumado al espíritu emprendedor de los ejeanos, se introdujo innovaciones tecnológicas importantes en el campo. El empleo de abonos y fertilizantes químicos, la aplicación de nuevas técnicas, el uso de innovadoras máquinas agrícolas y la puesta en marcha del ferrocarril Gallur-Sadaba en 1915 y una situación favorable de los mercados cerealísticos desencadenó un ciclo expansivo de la economía local.
